exitnow

El ser humano siempre se ha sentido atraído por la gracia y la belleza del caballo. Aun en las épocas en que no era más que pieza de caza, la figura de los equinos fascinaba a los artistas primigenios, que grabaron su efigie en guijarros y herramientas, y lo pintaron en sus cuevas, seguramente con fines propiciatorios.

Desde los comienzos del arte, pues, el caballo ha sido tema preferido y repetido a lo largo de toda nuestra historia compartida.

Es notable el naturalismo de estas tempranas imágenes, que revelan la observación atenta, y el gusto exquisito en el colorido, así como la fluidez de las líneas. Sorprendente la calidad del dibujo en seres que consideramos rudos y primitivos.

Domesticado seguramente en las llanuras de eurasia, su uso como animal de tiro se extendió por el medio oriente. Enganchado a carros de guerra, se convirtió en arma. Lo que nos interesa, sin embargo, en este curso es su representación artística.

En el arte de aquellos pueblos, Egipto, Siria...los caballos se representaron de modo convencional y altamente estilizado.

Observemos la postura de los caballos en este grabado egipcio, irreal y forzada. Es de una belleza idealizada, y no pretende en absoluto representar un animal real.